viernes, 30 de diciembre de 2011

DIOS Niño.


Las poesías de este blog, a menos que exprese lo contrario, son de mi autoría: Laura Jordán

Todo sea para la mayor honra y gloria de DIOS 
por amor a Jesús, María y José.




SOLO e INCOMPRENDIDO

Ha nacido, está naciendo, en nosotros nace ya
el Señor de los Señores, cada día es Navidad.
Nace en Sagrada Familia, crece en dura soledad,
de ser DIOS se ha abajado y lo comprendemos mal.

Si es DIOS ¿por que nace pobre, en un oscuro portal?
¿Por qué siente frío y sueño? ¿Por qué tiene que llorar?
¿Por qué, luego, va caminos que no se vuelven atrás,
que lo conducen al Gólgota a hacerse crucificar?

Su Madre fue la más pura, no hubo ni habrá otra igual,
entre dolores y gozos, supo en sí, atesorar
maravillosos misterios, siguiendo al Hijo en su andar,
esperanzada en un Reino de Amor, de Justicia y Paz.




HACIA TU HIJO

En cada día Virgen María
y más en tiempo de Navidad,
eres la madre tierna. Nos guías
hacia tu Hijo en el portal.

Hacia tu Hijo que crece pronto,
el calendario nos brinda ya
el primer mártir, fulgente rostro
alzado hacia la Eternidad.

Hacia tu Hijo, José contigo
rumbo a Egipto lo llevarán.
Y matarán inocentes niños,
grito de madres se elevará.

Sigue en la historia con sus misterios,
DIOS hecho hombre. Si le preguntas
adónde vive, te invita a verlo.
Síguele sin mirar hacia atrás.


.

Imagen

SAN JOSÉ TAMBIÉN
Vieron los pastores
apenas un niño
envuelto en pañales
como habían oído
y contaron todo
lo que el ángel dijo.

La Virgen María
en su fuero íntimo
todo esto guardaba
de modo sencillo.
San José también
y ¡con qué cariño!



 Payada del DIOS nacido
en un establo en Belén.
ÉL cargó con nuestros males
para darnos todo bien.

Para darnos la alegría,
la esperanza, la verdad
por el Amor que nos tiene
a cada quien sin igual.

Un Niño envuelto en pañales
es suficiente señal.
Los pastores lo rodean
con devoción singular.

Lo guardan los corazones
de la Virgen y José.
Porque más cerca se encuentran
más hondo deben creer.

MAJADERA (caprichosa).

Me ofreces majada, resguardo, cobijo
y yo, majadera, me voy del aprisco
y me pongo en riesgos por mero capricho,
ando donde cerca hay un precipicio.

Mi casa es fuerte, trabado edificio
en la roca firme de tu Amor solícito.
Me sigues constante por los altos riscos
porque Tú bien sabes que Te necesito.

Pero, a veces salgo por calor o frío,
por lluvias o vientos, sin rumbo preciso
mirando el paisaje sin ver el camino
hasta que me duele lo torpe que he sido.

Desde lo profundo, Señor, a Ti grito.
Me volví hacia atrás en vez de haber visto
tu estrella de paz anunciando a Cristo.
Dame la confianza humilde del Niño.

No hay comentarios:

Publicar un comentario